viernes, 26 de abril de 2013

El Nilo y el desierto


Viernes, 5 de Abril de 2013. El Nilo y el desierto. Dos colosos juntos, dos imponentes señas de identidad que se dan la mano en Sudán justo bajo el ala de nuestro Airbús. En el escenario, nada menos que el mayor desierto del mundo surcado por el mayor río de África. Un espectáculo único que se presenta gratuitamente ante nuestros ojos cuando el crescendo de los motores indica que empezamos a perder altura. Desde el aire, Khartoum se percibe como una ciudad extensa, desparramada, constituida mayoritariamente por viviendas de poca altura, aunque en el centro, en la zona de confluencia del Nilo blanco y el Nilo azul, entre un conjunto de viviendas coloniales, sobresalen unos cuantos edificios modernos. No tiene la ciudad desde las alturas un aspecto espectacular. Al salir del avión se mete sin previo aviso en los pulmones un penetrante olor, un aroma intenso, exagerado, a tierra recalentada, a sequedad, a suelo abrasado. Posiblemente al propio calor ambiental haya que unir el olor de la lumbre que desprenden a estas horas de la tarde las fogatas en las que al aire libre se cocina la cena. Un aterrizaje especial para despertar los sentidos.


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